Nuestra Historia
Un paso valiente. Un sueño horneado con el corazón.
Faltaban solo tres días para despedir el 2022 cuando decidimos hacer algo que cambiaría nuestras vidas para siempre: dejar atrás el miedo, las dudas y los “no es el momento” para dar forma al sueño que llevábamos años amasando en silencio. Así nació nuestra fábrica de galletas saludables.
Durante mucho tiempo esperamos el instante perfecto. Pero comprendimos que ese momento no existe. Lo que sí existe es la convicción de que algunas ideas merecen hacerse realidad, aunque el camino sea incierto. Y esta —nuestra idea, nuestro proyecto, nuestro propósito— ya no podía seguir guardado en un cajón. Nuestras galletas merecían nacer.
Con dedicación y muchísimo cariño, empezamos a buscar la mejor materia prima: ingredientes reales, sin artificios, sin aditivos ni conservantes. No queríamos atajos, queríamos honestidad. Porque sabíamos que el sabor auténtico solo se consigue cuando se respeta cada paso del proceso, cuando se cocina con alma.
Hoy, cada una de nuestras galletas lleva dentro una historia: la nuestra. Están pensadas para acompañarte en tu día a día, para formar parte de tus momentos, de tu mesa, de tu vida. Porque comer bien no debería estar reñido con disfrutar. Y porque lo saludable también puede ser delicioso, reconfortante… y lleno de sentido.

Sobre la marca
Un nombre con alma. Un homenaje que nos guía.
Nuestro nombre y nuestro logo no son solo una identidad: son un tributo. Un recuerdo eterno a una hermana que partió demasiado pronto, con apenas quince años, en un trágico accidente de coche.
Han pasado ya cuarenta años, pero su presencia sigue viva en cada paso que damos. Ella sigue con nosotros: en el corazón, en la memoria, en la fuerza con la que empujamos este proyecto que tanto significa.
Hoy, más que nunca, sentimos que ha llegado el momento de darlo todo. De alzar su nombre con orgullo y llevar nuestras galletas tan lejos como podamos. No solo como un producto, sino como una promesa, como una forma de honrar su vida.
Porque para ella, la vida no debía haber terminado.
Y para nosotros, esta historia apenas comienza.
No es tiempo de rendirse.